ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

viernes, 7 de mayo de 2021

NUBES




"La bahía de Weymouth" del pintor romántico británico John Constable,  

    Destaca en esta obra, las extrañas condiciones atmosféricas con el amplio cielo cargado de nubes y la difusa luz que baña el panorama.





NUBES

 

    Nubes de nácar, melancólicas, aterciopeladas, blancas, grises o casi negras, en rojo arrebol, contentas o enfadadas, grandes o pequeñas, líquidas o acristaladas, recorren como algodones flotantes nuestros cielos montañosos, así como el perfil costero, quebrado y cántabro que se da más al norte junto al mar.  

    En aparente quietud, sus movimientos calmos son de acogimiento. Imperceptibles o casi en sus cambios continuos, dejan en la mirada y en el ánimo la sensación de hallarnos ante una hermosura ingrávida, tenue y virginal, que pareciera sonreírnos o envolvernos amorosamente.

    Menuda, decorativa, distante, atrapada en el desconsuelo poético que teje la atmósfera, la nube siempre es bella. Ocasionalmente, en digresión progresiva cubriendo o entoldando el cielo, sorprende generando versátiles equilibrios, presagios de tormentas donde los vientos parecen lavarlas, nieves y lluvias, sombras connaturales, tonos prosaicos que al desvanecerse puede que alienten un hermoso arco iris que siembre serena nostalgia en el ambiente iluminando el paisaje de elocuentes colores. Sea como sea, las nubes, al hilo del horizonte en persistente insistencia y sabiduría inducida, desplegadas se pasean por nuestros cielos con clara inocencia protectora. Flotando adormecidas en el aire, parecen hablarnos de poesía, avivando o apagando el gesto según el día que llevemos. Como si codificaran nuestro vivir, generando encontrados sentimientos.   

    El sol trasiega el aire y condiciona la atención y el ánimo. La llegada de las nubes mantienen equilibrios en el ejercicio atmosférico. Es como si la existencia nos mantuviera para ser, si no entendida sí aceptada por razones de naturaleza y cultura. La vida, cada amanecer lo atestigua, es un discurrir transido de momentos que alimentan y embellecen el espíritu, a través de  una realidad donde el paisaje celeste cobra capital importancia aunque nosotros no sepamos certeramente si es la realidad o la imaginación quién realmente nos vive.

    Arrolla la brisa implacable; el tiempo se alarga en lentitud y bondad; las nubes, que llegaron placenteras retirando la acción del sol, bajan algodonosas de la sierra y cubren de humedad el valle.


Comienzos de Mayo 2021

©Teo Revilla Bravo 







6 comentarios:

  1. Son hermosas las nubes, incluso las amenazantes y oscuras tienen su belleza, una magia especial que nos hace crear figuras con ellas en la imaginación, como el tsunami que me imagino cada vez que bajan por la sierra avisando del frío que se viene. Un escrito bello como ellas. Besitos

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    1. Gracias por el entusiasmo que te causa el escrito, proveniente del que que lo hace las nubes. Karyn Huberman Son mágicas, especiales, envueltas en miles de sorprendentes imágenes.

      Besos.

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  2. Aunque nos guste el buen tiempo porque es agradable y nos permite pasear y disfrutar de la naturaleza y demás, nunca se puede comparar un cielo con nubes a un cielo despejado. Éste último es mucho más aburrido por monótono.
    Además, las nubes son uno de esos reductos, lugares, rincones que conservamos intactos desde la infancia porque podemos seguir jugando a imaginar formas como entonces.
    Un abrazo enorme, amigo mío.

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    1. Somos de tierras donde las nubes han estado presentes casi a diario... Forman parte de nuestro paisaje habitual en sus múltiples modos y formas.

      Un abrazo muy grande, querido amigo Alberto. Cuídate y música, mucha música de la buena.

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  3. Me gusta verlas en el cielo como corren e imaginar con ellas, más las que parecen de algodón. Hoy estaban así aquí y se queda uno pasmaó mirándolas.
    Lindas palabras les dedicas.
    Buena noche. Cuídate.
    Un abrazo.

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    1. Es un verdadero placer contemplarlas, Laura. Sobrecogen a veces; otras, nos producen calma, o ensoñaciones las que son viajeras... En todo caso, siempre hermosas.
      Un abrazo agradecido.

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