"El papa Inocencio X" El primero pintado por Francos Bacon y el segundo por Velázquez
EL ARTE COMO OBSESIÓN
El singular
pintor Francis Bacon defendía vivamente la figuración, en un momento en que
parecía condenada al ostracismo bajo el auge de la abstracción; así mismo,
consideraba al arte en general como una gran obcecación del artista. Suyas son
las palabras, “Yo creo que
el arte es una obsesión de vida y, después de todo, dado que somos seres
humanos, nuestra mayor obsesión somos nosotros mismos.” Lo cierto es que cada
época necesita volver una y otra vez sobre sus propias representaciones
pictóricas, para dar respuesta a sentimientos novedosos que realcen con mayor
intensidad y densidad las obras que el
paso del tiempo no puede satisfacer. La imagen sobresaliente sigue siendo la
figura humana, cuya génesis plástica deviene como fusión de su temperamento
tanto intuitivo como cerebral, punto de partida para comprender mejor su
realidad. Quizás lo que nos sobra son los encuadres y los encasillamientos que
se hacen de los artistas -en función de sus obras- metiéndolos en diferentes
categorías, ya que es algo arbitrario y puede ser que también ridículo.
Una flor pintada, nunca es real, siempre será la
imagen de una abstracción del mundo con mayor o menor enfoque de lo que
sentimos como real. Todo arte, en rigor, es en alguna medida figurativo y
abstracto a la vez, pues el tema elegido siempre llegará inspirado del sueño
artístico, de la conciencia, y del mundo que lo rodea. Las imágenes que
aparezcan luego en la obra, serán el resultado de esos encuentros, pero también
de la obsesión pictórica que tenga el artista por determinados elementos o
temas. En la intuición personal la conciencia llega a entrar en la esencia de
los fenómenos que la deslumbran o inquietan; los vivencia y reflexiona
–objetos, colores, seres y cosas- para significarlos, nombrarlos, y darles sentido.
La imagen habla desde la sensación, y la conciencia intenta reflexionar a
partir del manejo que se ha hecho del color, de la línea, de la mancha, de las
variaciones de tono, de la figura y del fondo programado.
Cuando uno hace memoria de la pintura, de lo que ha
visto en ella o leído, cae en la cuenta
de las diferentes técnicas y recursos en que se vale el artista para
diferenciarse, para potenciar sus cualidades, para participar en esta fiesta
maravillosa que es crear artísticamente algo recreando situaciones que atraen u
obsesionan. El artista intenta hallar, en los objetos a tratar, equilibrios y
acrobacias que los señalen y personalicen apropiadamente, se posiciona ante el
objeto como si fuera una cámara -testigo enamorado- intentando captar con avaricia
lo esencial y potenciarlo lo más posible. Tener una cultura visual amplia y
profunda es primordial, más aún si no está ligada a una corriente determinada o
a unas modas tan perjudiciales como vanas. Aun manteniendo una constante
relación con su entorno inmediato, aún campeando entre la cultura vigilante que
impone sus normas y conductas sociales, el artista es un ser solitario y
obsesivo que necesita de su tiempo y de su tranquilidad. Para indagar
profundamente, para unir
la exquisitez de la forma, para desarrollar su innata sensibilidad estética, para filtrar, para descubrir interlocutores
como Velázquez, Rembrandt, Goya, Picasso, Schiele, Gustav Klimt, o
Bacon, etc., que le potencien e iluminen el camino; en fin, en definitiva, para trabajar.
Barcelona. Veintiocho de octubre de 2016.
El pintor Francis Bacon en su estudio
A Bacon siempre le interesó el aspecto más amargo de
la existencia y sus obras son metáforas de la lucha del ser humano con su
entorno. Su personal lenguaje pictórico muestra los aspectos más misteriosos e
inquietantes de la condición humana; sus retratos no buscan el parecido de los
rasgos físicos del modelo, sino su condición espiritual. En cuanto a la técnica
pictórica, Bacon fue un perfeccionista y dominó como nadie la mezcla simultánea
de los componentes de azar y orden. En sus obras se combinaba un interés por la
fotografía con su admiración por los grandes maestros de la pintura,
especialmente por Velázquez, Rembrandt y Goya.
En mi caso te explayas con acierto
pleno sobre un artista cuya obra considero fundamental (y con un título
perfecto). Pero creo que no es solo una cuestión de gusto personal sino que la
obra de Bacon forma parte del signo de los tiempos que vivió y devuelve ese
signo al espectador transformándolo en terrible belleza. Sus estudios, sus
casas, fueron lugares de acumulación de todo tipo de objetos e imágenes que él
recogía y que convertía en un caos que era su base para devolvernos sus lienzos
llenos de esa limpieza sucia que los caracteriza y que nos atrapan como espejos,
aunque quizá insinuando que los deformes somos sus espectadores y las formas y
colores brutales que vemos son la realidad que quizá queremos olvidar.
Felicitaciones.
Alfonso Blanco
Ante todo debe existir la libertad para crear. Es cierto que los que nos dedicamos al arte (a cualquiera) podemos llevarlo a la obsesión, siento que es una necesidad imperiosa de cada individuo, su forma quizás de hablarnos. En el caso específico de Bacon, reconozco en él una capacidad increíble de transformar la realidad, se me asemejan sus obras, en especial los retratos, como un ser al que se le fotografía y en ese momento se mueve; él es capaz de captar todo ese movimiento o todo lo que se remueve dentro del ser retratado, es un figurativo abstracto que puede chocar, a mí me produce eso al menos. Besos
ResponderEliminarEs una original manera de verlo y con sentido: sus obras podían ser fotografías desenfocadas y luego violentadas, al menos en algunos casos. Él sintió que debía hacerlo así, Karyn, que en ello se sentía a gusto como creador. Hoy el mundo del arte le admira. La autenticidad tiene su recompensa. Un abrazo.
Eliminarque maravilla a veces me quedo sin palabras sin letras en mi comentario
ResponderEliminarGracias, mi apreciada Recomenzar por quedarte sin palabras y dejarnos ese sabroso silencio interno que puede que diga mucho más y mejor de lo que uno a veces puede.
EliminarUn abrazo.
Imprescindible leerte, condensas y expandes con la calidad de un artista en pinceladas exquisitas.Tener una cultura visual amplia y profunda y la soledad creativa....párrafos de excelencia todos pero en esos el exacto aplomo que marca con tanta originalidad una concepcion del arte tal cual lo siento.... aplausos Teo!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu lectura y rico comentario, amiga Marisa. Un poco tardío lo saludo y recibo,pero nunca es tarde si la dicha es buena.
EliminarEspero que todo vaya mejor, mucho mejor.
Un fuerte abrazo.
Si al canalla de Inocencio X le disgustó el fiel retrato de Velázquez, habría que ver lo que hubiese dicho del descarnado de Bacon...
ResponderEliminarMe lo pregunté cuando conocí la obra, Francisco. No le hubiera gustado nada, le hubiera excomulgados seguro.
EliminarGracias y un abrazo.
Gracias, Carmen Leira, sé que quisiste dejar tu comentario aquí. Besos si lees.
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