Calíope, Musa de la poesía épica. Elemento de un grupo de Apolo y las Musas. Copia romana del siglo II. d.C. Ludovisi-Collection.
"Safo y Alceo" pintura del neerlandés Lawrence Alma-Tadema (1836-1912)
LA POESÍA COMO SENTIMIENTO
En mi afán por hallar sensibilidad, sentimiento y sentido a la
vida, una de las facetas que más me han interesado e interesan para lograrlo es
sin duda la incursión en la literatura, concretamente en la poesía. Pero no
todo aquello que leo ─y leo mucho─ satisface ese reclamo, pues me encuentro con frecuencia
con poemas que pudieran considerarse de hechura impecable, perfectos en su
composición, en su consonancia, léxico y
ortografía, aparentemente intachables, a veces rubricados por firmas de
verdadero prestigio (no olvidemos algunos poemas panfletarios del mismo Neruda
o del mismo Alberti, por poner ejemplos conocidos aunque no sean ejemplo específico
del asunto al que ahora me refiero), que una vez leídos, apenas si me dicen
algo o directamente no me dicen nada, considerando que tan sólo son poemas
cuidadosamente bien escritos donde el autor se volcó en medir la métrica al milímetro y en lograr la
perfección de su arquitectura. Al leerlos, uno nota que le falta lo sustancial.
Y lo sustancial en poesía es, sencillamente, tocarte el alma. Al fallar en lo fundamental
el escritor, sientes que ha fallado en todo, que tan sólo ha dejado una simple indiferencia.
La poesía es arte y es sentimiento, algo que se convierte en una forma personal de concebir
y vivir la vida. El poeta, al escribir, se compromete con el hombre, le habla
con el corazón en la mano, le proporciona campos para hallar o descubrir la
propia sensibilidad, le ofrece claves para ver la vida desde el lado más
sensible y humano. Un buen deseo, un gozo, un sufrimiento, el amor o desamor, una
locura hermosa o una paranoia oscura, una denuncia sobre una injusta situación,
lo que fuere, ha de aportar el poema si brota del fondo del alma, si es sentido
desde lo más íntimo del corazón. El poeta, ante todo, ha de creerse lo que
cuenta volcándose en ello con las mejores armas literarias que posea. Y no, no
hace falta la perfección a la hora de escribir, ya vemos que a veces esa
supuesta perfección es más un inconveniente que un acierto. Lo importante ─intentando hacerlo lo mejor posible─, es saber trasmitir el sentimiento inteligente,
conveniente y convincente, de lo que interesa decir; es convertir las palabras
en arte y emoción, algo que no se aprende en academias ni en supuestos talleres
de propagada escritura. Ahí está precisamente lo complicado, el acierto o desacierto
de toda forma artística; ahí está, evidentemente, el poeta o el simple imitador
o aficionado.
La realidad de quien escribe ha de nutrirse del
sentimiento, y éste ha de ser escrito en el bloc del corazón. Al igual que en
pintura donde unos trazos aparentemente manchados de color son capaces de
contar lo que el alma del pintor quiere decir, en poesía no se necesita de
artilugios ni malabarismos retóricos para hacer de ella algo eficaz. Y es
eficaz, será más eficaz, si le da importancia quien luego lo lee. Siendo
aconsejable que éste lo haga una y otra vez hasta entenderlo bien, pues es esencial
saber qué quiso decir el autor, qué sentimientos pretendió plasmar al escribirlo,
que emociones evocar, aunque es cierto que a veces el poema como en todo arte
queda abierto a interpretaciones personales. Para llegar a dominar el arte poético se ha de leer bien, se ha de indagar
en lo leído, se ha de ir culturizando uno. Donde habita el genio, habita el
arte; donde habita el sentimiento, habita la poesía.
Barcelona. ─Enero de 2016.
©Teo Revilla Bravo.
Hoy he vuelto a leer esta publicación tuya, me parece tan pertinente, tan útil, tan motivadora que vale la pena releerla varias veces. Un abrazo Teo.
ResponderEliminarVilma, qué alegría me das, amiga. Gracias por tus lecturas, por ese mimo y afecto que a través de ellas me inspiras. Que la poesía nos rodee y nos haga la vida más serena y hermosa. Fuerte abrazo.
EliminarPareciera que todo estuviera dicho, pero tú siempre consigues ahondar en el tema, hacernos conocedores de la magia que envuelve tu ser, de la poesía que vive en ti y gracias a ella, al sentimiento que transmite, nos permite conocer mejor al genio que habita en ti, lleno de arte y poesía.
ResponderEliminarHermoso escrito, besitos
Gracias, Karyn, prometo seguir aplicándome más....
EliminarSí, la poesía es una bella obsesión en mí.
Un abrazo.
No puedo estar más de acuerdo contigo, querido Teo, amigo y poeta.
ResponderEliminarSolemos coincidir. Por eso, supongo, admiro tanto tus demostraciones artísticas y literarias.
EliminarGracias, Francisco, y un gran abrazo.
Jorge Luis Borges citaal pintor americano Whistler cuando dijo "El arte sucede". Con eso quiso decir que hay algo misterioso en el arte. El poema surge de una aparición o de un recuerdo, no se llama friamente. La emoción que produce su presencia es un hecho estético indescifrable mediante la razón. Excelente ensayo. Un abrazo
EliminarQué bueno que lograras entrar en la página, amigo Alejo. Sobre todo porque siempre es un estímulo, una enseñanza, un regalo, las reflexiones y comentarios que oportunamente dejas. Muy de acuerdo con esa visión del arte: es algo que "sucede"
EliminarUn abrazo.
Siempre es un placer pasar a leerte...
ResponderEliminarGracias por compartir tu talento inspirador.
Reme Gras.
Gracias a ti, Reme, por esta deferencia plena de grata amistad.
EliminarUn abrazo.
Detrás de cada poema hay una historia y alcanzar el conocimiento para expresarlo, para contarlo en un manojo de versos que lleguen, que nos provoquen reacciones, sentimientos... no, no es tarea fácil. Una vez más nos muestras como ha de ser la poesía del sentimiento y cómo siempre es un gran placer su lectura. Gracias Teo.
ResponderEliminarGracias a ti, Raquel, siempre presente y amiga, gran conocedora de esa poesía que significa sentimiento.
EliminarFuerte abrazo.