ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

jueves, 23 de enero de 2020

MARÍA ZAMBRANO Y LA POESÍA


Retrato de María Zambrano de la pintora Amparo Climent.






MARÍA ZAMBRANO Y LA POESÍA

“Pensar es ante todo –como raíz, como acto- descifrar lo que se siente…”

El pensar vivifica, el hombre es el ser que padece su propia transcendencia, nos decía María Zambrano. Esta mujer, que conoció guerras y exilios, fue una de las principales figuras del pensamiento del pasado siglo, una innovadora que defendía la necesidad de lo poético en toda indagación filosófica, así como la negación del pensamiento único que se imponía durante los años treinta y cuarenta en toda Europa. De hecho, sus libros contienen trazos de la mejor poesía escrita en prosa castellana, quizás influida en alguna medida por la amistad que tuvo con poetas de la Generación del 27 como Luis Cernuda o Miguel Hernández. De la importancia que tuvo en ella la poesía, da fe también la amistad que tuvo en el exilio mejicano con Octavio paz y León Felipe entre otros. En Méjico publicó “Pensamiento y poesía en la vida española” y “Filosofía y poesía”, obras singularísimas, que dan idea de su entrega vocacional a la poesía.
El exilio le  fue fecundo, según ella, al darle libertad de pensar, algo que siempre evocaba ya que creía era el mejor motor de vida que  puede tener el ser humano, consciente de que si se hubiera quedado en España de no haber vencido la dictadura, se hubiera acomodado entre las ataduras mentales de una facultad cualquiera. Pasó temporadas por varios países dando charlas y clases. En Puerto Rico y después en Roma, escribió obras como “El hombre y lo divino”, “Los sueños y el tiempo” y “Persona democracia”, distinguiéndose a lo largo de su prolija carrera por buscar esa libertad ansiada -singular, personal- y el saber, reflejados en unas obras cargadas de sensibilidad, diversidad e inteligencia. En todo ello supo conjugar, fructíferamente, filosofía, razón y poesía. Con su generosidad, inteligencia, solidaridad y creatividad, supo abrir caminos a la razón y a la justicia. Una mujer que como tantas -algunas en el olvido aún- con su compromiso y profesionalidad abriéndose caminos cuando a la mujer se le cerraban, contribuyó a mejorar aspectos políticos, sociales, artísticos y literarios.
Jesús Moreno Sanz, filósofo a su vez y experto en la obra de María Zambrano, está convencido de la alta calidad de la autora, a quien coloca al nivel intelectual de Unamuno y Ortega.  

Barcelona, enero de 2020.
©Teo Revilla Bravo.






8 comentarios:

  1. Una gran mujer y un bonito homenaje que le haces Teo, reivindicar su recuerdo es algo que se debería hacer a las nuevas generaciones para que no quede en el olvido mujeres como ella.
    Un abrazo y aunque tarde Feliz 2020
    Puri

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    1. Cierto, una gran mujer. De las que hacen historia, son ejemplo, y ayudan a eliminar prejuicios que van en contra de la labor intelectual de la mujer.
      Un abrazo, Puri, que estés bien.

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  2. Hay tantas mujeres que merecen como María Zambrano un total reconocimiento de su labor por abrir camino, no sólo a sus ideas personales, que también, pero me refiero a la visión femenina, que no deja de ser un buen porcentaje de la población mundial. Una pena que haya tenido que llegar a ser anciana antes de entregarle el Príncipe de Asturias y el Cervantes. Ojalá eso vaya cambiando. Aprovecho y dejo uno de sus poemas que me ha gustado mucho. Besos

    QUE TODO SE APACIGÜE

    Que todo se apacigüe como una luz de aceite.
    Como la mar si sonríe,
    como tu rostro si de pronto olvidas.
    Olvida porque yo he olvidado
    ya todo. Nada sé.
    Cerca de ti nada sé.
    Nada sé bajo tu sombra, amarilla
    simiente del árbol del olvido.
    Y todo volverá a ser como antes.
    Antes, cuando ni tú ni yo habíamos nacido.
    Pero, ¿nacimos acaso?… O tal vez, no,
    todavía no.
    Nada, todavía nada. Nunca nada.
    Somos presente sin pensamientos.
    Labios sin suspiros, mar sin horizontes,
    como una luz de aceite se ha extendido el olvido.

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    1. Hay que hacerlas ver, hay que hacerlas oír, Karyn. Nuestros jóvenes, ni conocen a estas mujeres valientes que dedicaron su vida a elevarnos el alma.
      Un abrazo.

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  3. Pensar es bueno pero amar es mejor y sin pensar largarse en los brazos de lo que uno quiere

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    1. Eso es sentir sin pensar, escuchar uno de los impulso más instintivos del género humano, que a menudo se hace inevitable nos confunda o no, nos sea acertado o no...
      Gracias, Mucha.

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  4. Somos el todo de algo, de lo que no existe, del momento de ternura, del roce de la mano, del beso clandestino, del sonrojo no esperado.

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  5. Estás sensible, poética, plena de emociones contenidas.
    Gracias de nuevo, Mucha.

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