"Van Gogh pintando girasoles". Obra de su amigo e impresionante pintor Paul Gauguin, año 1888, pintada en la ciudad de Arlés, (Francia)
GRANDES TEMPERAMENTOS ARTÍSTICOS
Los hay impulsivos, rebeldes,
hedonistas, inimitables, que tienden a experimentar con mayor rango emotivo y
mente abierta los hechos de la propia vida que la de otros, pudiéndola enfocar
epicúrea y sensiblemente hacia el arte, ámbito de emociones. Son artistas observadores,
de afilada percepción y de autocrítica favorable. Algunos con rasgos de
carácter comunes que saben identificarse prontamente con el intuitivo espectador,
entreviendo con sus obras ese más allá que este amante del arte espera. Son los
que no se dejan influir fácilmente por otros, mostrando una inclinación hacia
la desobediencia de lo que otros consideran novedoso, no les va lo de tener que pertenecer a una determinada rama,
escuela, grupo o moda, por mucho éxito que éstos puedan ofrecer, toman riesgos,
pues prefieren el trabajo independiente experimentando con nuevas técnicas. Son
lobos solitarios y silenciosos sin influencias excesivas, apasionándose y
acalorándose denodadamente mientras van buscando, al libre albedrío, color,
líneas, texturas, formas, planos, notas, armonías, movimientos, disposiciones.
Son los que arriesgan, los que sueñan
despiertos, los valientes. Aquellos que impulsan avances y sorpresas con
dedicación absoluta siendo originales creadores tal como han sido la mayoría de
poetas, escritores, compositores, pintores y escultores relevantes que en el
mundo para ejemplo de otros han sido. Estos artistas pasan su mayor tiempo observando
con sensible curiosidad lo que les rosea, con marcada conexión con la naturaleza y su lado
bucólico, aún permaneciendo trabajando en insoportables cuartos o talleres de
ruidosas ciudades. Se imponen disciplina, concentración, trabajo, y aislamiento.
Estos hábiles creadores tan particulares, suelen fluctuar, en una conducta
podríamos decir que interpersonal, entre extremos de extroversión e
introversión; es decir: pueden ser en un momento dado seres de marcada
sociabilidad, y en otros permanecer en un absoluto aislamiento.
Ni Fernand Léger, Vincent van Gogh, Picasso,
Braque o Dalí, entre otros, se abandonaron negligentes a lo que se creaba y exponía
en su momento, ni se dejaron encerrar en
las restricciones y directrices que suponía someterse a una determinada
“escuela”, por libre e independiente que ésta se postulara. Ellos eran
realmente el momento, eran el arte. Picasso lo subrayó en una ocasión al decir:
“Cuando hicimos cubismo no teníamos ninguna intención de hacer cubismo, sino la
de expresar lo que en esos instantes sentíamos”. Fue una circunstancia que se
dio en un periodo heroico primordial en la historia del arte, ya que esta
tendencia proclamaría explícitamente la declaración de independencia de la
pintura frente a normativas tradicionales admitidas como inexcusables pautas.
Los grandes temperamentos no inventan nuevos conceptos si no es para escapar
rápidamente de ellos, dejando que artistas menores cuiden, propaguen, exploren
y extraigan, sus posibilidades técnicas mientras ellos están en otra historia
siguiendo su imparable instinto creativo. Pues cuando esos espacios del arte a los que supieron abrir
puertas han sido ocupados y completados por otros y se van cerrando, ellos ya se
encuentran lejos indagando en territorios imprevisibles nunca antes explorados.
Barcelona. Diciembre
de 2018
©Teo Revilla Bravo.
Pienso que esbozas perfectamente al artista inquieto que jamás se siente conforme y se mantiene en constante movimiento por una necesidad innata de avanzar en el arte y la creatividad. A mí me encantaría estar en un taller con esos grandes que nombras, sería un lujo. Besitos
ResponderEliminarA mí también me encantaría, Karyn... Aunque no sé si con todos me llevaría bien, esos genios tenían sus manías, sus egos, sus complacencias. Pero aprender, aprenderíamos.
EliminarUn abrazo, necesario en tarde fresquita.
Hermosa nota , hay muchos que siguen la corriente y otros que se separan adrede para investigar color, forma , dialogar con lo inefable, quedan en caminos distintos y hacen de su arte una pasión que solo comparten con su soledad y quizá los sencillos , lejos de las escuelas del momento, un día se van y dejan unas obras preciosas que algún ojo descubrirá como únicas... muy buena pintura emotiva, psicológica y técnica de los pintores que luego adoramos ver, pasa lo mismo en todas las artes. Por eso no entiendo los talleres que modelan a la forma del que dicta todo lo que se hace , poniendo un rígido marco a la creación . Abrazos. hermoso escrito Teo. creo lo comenté distinto en OL , pero es lo que me ha inspirado cada lectura.
ResponderEliminarMarisa, llego un poco atrasado a leer tu comentario, a veces sen almacenan por el correo, jajaja. Gracias por este comentario, algo halagador, sobre mis prioridades a la hora de intentar escribir pequeños ensayos. Si sirve para orientar en algo a alguien, ya me doy por satisfecho.
EliminarInmensas gracias. Fuerte abrazo y buen comienzo de semana.