Retrato del poeta Max Hermann Neissr, realizada por George Grosz, artista grotesco, interesante y comprometido, que nos legó una extensa obra de carácter muy personal en la que supo retratar con gran autenticidad cómo era la vida en Berlín durante la república de Weimar, donde convivían ricos y pobres, esplendor y miseria, cafés y teatros, en los que las pasiones y los vicios de la sociedad se entremezclaban sin orden ni valores morales que los frenaran, caracterizando a la sociedad que hizo ascender al poder a Hitler en 1933
POESÍA
Y REALIDAD
“La
poesía no es un derroche de emociones, sino un escape de la emoción; no es la
expresión de la personalidad, sino un escape de la personalidad. Pero, por
supuesto, sólo aquellos que tienen personalidad y emociones saben lo que
significa querer escapar de estas cosas”. T. S. Eliot
Hemos de considerar que el ser, en
su carácter ontológico e histórico, ha sido objeto de mistificación y
desmitificación por diversas ramas de estudio. La literatura, bien pensado y en
ese sentido, consume al ser; afortunadamente, también bien pensado, la poesía
lo repone. La poesía es la llama, es lo que se incendia y viaja hacia el fuego,
es la evocación que merece ser transcendida, es el arte de pretender escapar a
la inexorabilidad del tiempo fugitivo y subjetivo. La poesía alumbra la verdad,
es la rotura mental con la razón, la realidad íntima, la esencia del ser, la
muerte, unifica la sensibilidad donde el poeta enlaza lo emocional a lo
intelectual o viceversa, busca y encuentra
relaciones ocultas entre las cosas para aplicarlas a su experiencia iluminadora.
Según Heidegger, la poesía, la historia y la identidad, se cruzan, lo que
provoca una interrelación complementaria en la definición que puede hacerse de
ello. Mientras la poesía es intensificada por los equilibrios ideológicos y
culturales de su origen, la historia es la memoria sostenible. En este
contexto, a la poesía se le confiere el poder de revelación, pues arroja luz
sobre la complejidad abonando el campo del compromiso del ente con el espíritu.
Es, como decíamos, la llama del fuego benefactor que sirve de nexo entre la
realidad y el deseo, vínculo que anhelara vivamente el poeta sevillano Luis
Cernuda y que plasmó en célebres versos. El poema, en todo caso, va
estructurándose con la habilidad puesta en conseguir hallar emancipación y
poder desnudar la verdad intentando hacerla posible y conducirla hacia las
zonas hondas del alma humana. La poesía, como la filosofía, nos ayuda encontrar
las repuestas a cerca de la vida, la existencia y el cosmos. Si el poeta
careciera de vuelo como diría nuestra filósofa María Zambrano, no habría
poesía, no habría palabra, no habría música. Toda palabra, en poesía, requiere
un alejamiento de la realidad, es un grito de liberación.
Aunque se habla mucho sobre
Poesía, no existe una definición posible sobre su significado. Cualquier
definición que hagamos, es un atentado contra su propia existencia. La poesía
es el asombro -representado por la palabra- que experimentamos ante la vida, la
naturaleza y el universo. Podemos hablar y especular una y mil veces sobre lo
que nos provoca y hace sentir, pero más allá de este sencillo apotegma es
complicado -como todo sentimiento- tratar de definirla, pues caeríamos muy
probablemente en arrogante ignorancia.
Barcelona, octubre de 2016.
©Teo Revilla Bravo.
Antes que nada, felicitarte por escoger esa cita de T.S.Elliot, creo que es fabulosa y muy adecuada a tu escrito. La poesía sin intentar siquiera definirla, que es imposible, vive en nosotros mismos y también en todo aquello que nos estimula, en el ritmo de alguna melodía, en la letra de alguna canción, en el crujir de las hojas secas que pisamos en el otoño, en un colorido atardecer, etc. Lo triste es que pese a que estamos rodeados de poesía, muchos ni siquiera se dan cuenta. Besitos
ResponderEliminarGracias por lo de la cita, Karyn. Y gracia por lo que a continuación sigue, Karyn Huberman, que indica que me has leído bien. Y sí: la poesía se encuentra en todo aquello que nos alegra el alma, en una mirada, en una obra de arte, en un escrito, en el afecto, en la puesta de sol... Todo aquello capaz de sensibilizarnos; luego está en su forma literaria que es la manera de poder en lo posible transmitirla a los otros. UN abrazo.
EliminarQué bueno sentir que respiramos en poesía, que vivimos en poesía, que ésta nos salva de tantos infortunios y dificultades que también vivir comporta Nos favorece, nos equilibra. Es como el amor...
ResponderEliminarUn abrazo.
Amigo Teo, el último párrafo resume tu visión, y es espléndio. Abrazo.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
EliminarGracias por pasar a saludar y comentar a este pequeño rincón de silencios...
Un abrazo.
En mi modesto conocimiento que tengo de lo que es o creo que es la poesía, hallo una diferencia muy importante para mí que de matizar; en el poema o en la poesía, existen en un mismo momento el poeta y el personaje que crea el poeta. Esta aparente dualidad, permite muchas veces a quien escribe, dejar escapar emociones que, si no fuera por medio de "ese personaje", quizá no dejaría escapar. Bien lo dice T. S. Eliot: "la poseía (...) es un escape de la emoción". Por ello el poeta es un ser cameleonico, ya que no sólo deja escapar su emoción, sino que, a menudo se pone en la piel "del otro" y se adentra en su interior e intenta, dejar escapar esa emoción que no es suya de nacimiento, pero que la hace suya en un acto de intronizacion.
ResponderEliminarTodo en esta vida es poetizable, lo he comentado muchas veces amigo Teo, eso convierte al poeta en un ser polifacético, que escribe de lo que ve y de lo que siente, sea bonito, feo, agradable o doloroso, sea vida o sea muerte, todo cabe en la poesía... A Dios gracias para nosotros, la poesía y los poetas son eterno como será eterna la vida misma, a veces denunciando injusticias, otras veces profetizando futuros no siempre y, claro está, cantando al amor, a la paz y a la felicidad.
Un abrazo fuerte amigo y poeta
Yo, en poesía, no suelo crear personajes, no la entiendo como ficción, aunque sé que puede darse y lo respeto. La poesía para mí es esencialmente íntima, nace de lo profundo de los sentimientos, y éstos nunca son los de otros sean inventados o no. Para la ficción tenemos la novela, el teatro, el argumento cinematográfico, etc..., para la poesía reservo lo mejor de mí mismo.
EliminarAgradezco tu rico comentario, Alfredo Daniel, de ellos aprendemos también.
Un agradecido abrazo.
Es misión imposible definir la poesía porque su lenguaje es precisamente el de las cosas no definidas. Se enconde entre las grietas de lo invisible y de lo intangible y aparece en un pequeño estallido. Traviesa, sensible o mordaz adapta formas aún no inventadas. Se baña en la saliva de un beso deseado, golpea las paredes de una lágrima en la que está encerrada, sangra en un arañazo, se pudre en un olvido o acaricia el vientre de una nube. Duele y hace suspirar ansiando que le hables con los dedos y la oigas con la voz. No está la poesía en ningún lugar habitado, mas sin embargo, habita los lugares aún no inventados. Tal vez no quiera que la miren, ni siquiera que la entiendan. Quizá solo quiera que la sientan para tan solo ser por encima de todo. Eso sospecho.
ResponderEliminarMás claro y hermoso, difícil. Y sin embargo, Cyrano, seguimos rondándola, soñándola, intentando ponerle palabras hermosas. Por que lo es. Porque sin ella la vida sería un desierto imposible de habitar. Muchísimas gracias por traerla tan mágica en tus porqués....
EliminarUn gozo leerte. Te dejo un abrazo.