POESÍA, DON UNIVERSAL
Hay una
poesía sutil, figuradamente silenciosa, cuyos versos se recogen con cada golpe
de respiración, con cada aleve mirada o ligero pestañeo sobre el paisaje, las
personas o las cosas que al artista y al poeta importan. Es la poesía universal
que se refleja, según cómo y dónde, en todo lo existente perceptible; algo por
averiguar, fundamental en tal caso para la salud funcional de las personas.
Podríamos decir, que la poesía se refleja en el arte con mayúsculas, sea éste
de la modalidad o estilo que sea, pues la poesía es el alma que se desprende de
ello, la parte más relevante, lo que se
relaciona con la estética y la visualización de la belleza, pequeños o grandes
detalles satisfaciendo concreciones y aportes naturales que afloran por
doquier: una puesta de sol, una panorámica hermosa, una sonrisa o mirada
captada al azar, el vuelo de las aves, el desconsuelo de un niño, la fragilidad
de un anciano, el trascurrir de un río, el horizonte marino, la alta montaña…
Todo lo que nos conmueve, es poesía, no hace falta hacer cábalas sobre su
significado. Picasso manifestaba sorpresa de que la gente se preguntara por el
significado de un cuadro, pues consideraba que la obra de arte no ha de pretender
tener significado alguno ya que pertenece a un ámbito alejado de la lógica
racionalista. El arte, como la poesía, va más allá de la pregunta y de la
respuesta, va más allá de la cábala; es contemplación, sutilidad, esencia viva e
iluminada, es la extensión de la mente ─de forma consciente o inconsciente─ hasta más allá de la esfera de la mente, es la
proyección de la realidad más allá de la realidad, es la ampliación del
espíritu con todos los sentidos abandonados a un propósito sublime. Tanto la pintura
como la poesía escrita, que son profesiones libres, han de evocar libertad, y eso se logra mediante
el establecimiento en nuestro interior de una certeza estética. Como dijo el
escritor francés André Gide: «Sin la inigualable belleza de su prosa, ¿quién
seguiría interesándose por Bossuet?» Bossuet, Dijon,
27 de septiembre de 1627 - París, 12 de abril de 1704, fue un clérigo, predicador e intelectual francés.
Y es que cuando
interviene el intelecto o el poder (que utiliza la producción artística para
divulgar la propia ideología) en estas cuestiones, en su intento por probar y
descubrir la verdad que hay en ellas, se llena de normas y de credos que todo
lo enturbian y deforman: hay que fraccionar, hay que dividir, hay que crear
escuelas, hay que progresar y diferenciar, hay que apartar lo moderno de lo
viejo, hay que…. «Es el arte», dijo Henry James, «lo que crea vida, lo que crea
el interés, lo que crea la importancia... y no conozco ningún sustitutivo de
ninguna clase para la fuerza y la belleza de su actividad». Etiquetar el arte
es romper o parcelar los sentimientos que despierta; y con ellos a la misma
poesía, bien sea escrita o connatural. Los sentidos deben ser respetuosos con
la realidad y respetuosos con las artes, pues al fin y al cabo el artista no es
otra cosa por mucho que pregonen lo contrario, que un buen o mal imitador de
las formas y colores de la vida. Las artes quedan vinculadas entre sí en la
deducción de la vis poética que las hermana, pues la fuerza de la poesía deja
su huella en cuanto toca, uniendo las cosas más dispares en virtud reconocible.
Las comparaciones también en esto son odiosas. El arte en nuestras vidas,
afortunadamente, es la compensación que tenemos por todo lo que de bueno se
pierde, y a la vez contrarresta lo agresivo cruel y bárbaro que en nuestras
sociedades se genera. La poesía, en este contexto, equilibra la balanza y la
vida continúa regenerándose afortunadamente, de lo que se deduce que el hombre para
subsistir depende de las artes, ahí donde la poesía se convierte en sentimiento
trasformador universal.
Barcelona.
Febrero de 2017.
©Teo Revilla Bravo.
Bello y descriptivo ensayo sobre la Poesía querido amigo
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