Obra pictórica, "Nocturno" de Rubén de Luis.
La sencillez y honestidad en sus cuadros es lo que caracteriza la obra de este pintor madrileño, que va retratando paisajes y marinas captando la luz precisa en cada momento. Predomina en ella el estilo impresionista.
RESTOS
DE LUZ
Ante una mirada nacida de un semblante
provocativo,
me detengo atraído por la fuerza
magnética,
exuberantes ademanes, cuerpo
seductor
instigadoramente atrevido
que
injerta en el ánimo fragancias sexuales,
ríos
de sangre en las venas, arriesgados deseos,
abismos
de ámbar, carencias...
Vuelo,
vuelo, y vuelo, y al cabo me detengo
resignado
exagerando imágenes de lo no tenido,
suspirado
con pujanza lo que se va estrangulado
en
el pensamiento, lo nunca superado por no poseído,
lo
yerto, todo eso a lo que se va dando entierro
para
revivirlo en vago recuerdo, algo de lo que pudo
haber
sido ─cuerpo de luz y belleza─ y no fue.
Preguntas.
Destellos atrevidos con los que configurar
una
cosmogonía de formas bailando en torno,
cuerpos
arrogantes alzados al aire de lo imposible,
amores
y desamores, fatuos trofeos de desdichas,
fracasos,
sádicos pesares, vibrantes pero torpes
remedos
de una felicidad posible.
Me
esfuerzo. Doy a las sensaciones honda realidad,
obligado
reposo, todo ello en un intento por descifrar
mensajes
burlando pasiones, señuelos falaces,
tentativas
por relegar a la nada lo visceral sentido
y
encontrarme, torvo campesino, definitivamente
retratado
en lo bello natural, muriendo y naciendo
a
cada instante, hablando de amor junto al estanque
de
lo posible, renovándolo, yendo hacia el eco
inexplicable
de los sonidos que agigantan ─talismán
seguro─
la sonoridad del alma.
Restos de luz al anochecer.
Difuso placer de tristezas…
DESDE EL FONDO
Cuaderno V. 1978 - 1980
©Teo Revilla Bravo.
bello tu texto gran entrada en la vida de las letras
ResponderEliminarMás o menos, Mucha. Ahí andaba algo ilusionado y mucho más perdido y dudoso.
EliminarUn abrazo.
Y son esos restos de luz los que consiguen sostenernos a flote sin que las sombras nos alcanzan o apaguen. Bellísimo poema Teo. Siempre aprendiendo de ti. Un abrazo.
ResponderEliminarY yo de ti, amiga Raquel. Estos poemas de hace tantos años ya, fueron releídos y algunos como éste rescatados...
EliminarFuerte abrazo.
Esos poemas rescatados del tiempo, me llenan de satisfacción,la luz que hay que perseguir a toda costa. Me encantó. Abrazos Teo.
ResponderEliminarGracias, por acercarte a leerlos, Imelda, qué alegría. Hay luz en ellos, y una juventud que aún pretende seguir brillando...
EliminarUn abrazo.
Amá tus momentos eso que no son tan tiernos... amalos son tuyos y gracias a ellos hoy sos lo que sos poeta...
ResponderEliminarLo intentaré, Mucha. La vida nos deja instantes para todo y todos ellos forjan nuestra personalidad. Hay que amarlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Casi todos los seres tenemos un "pudo haber sido y no fue" que nos estrangula el alma, sin embargo lo que importa realmente no son esos evocadores destellos, más bien es la luz de los seres que han atravesado por nuestra vida, las auras, los restos de luz que iluminan nuestra senda día a día. Besitos
ResponderEliminarBesitos, Karyn. Lindo y certero mensaje el de tu comentario.
EliminarBellísimo. Enhorabuena, Teo.
ResponderEliminarGracias, Francisco Rodríguez Mayoral por tu cercanía y amistad, por compartir tantas nobles y bellas sensaciones.
EliminarAbrazo.