ENTRE PALABRAS Y SILENCIOS

martes, 24 de septiembre de 2019

UNA BREVE INVITACIÓN A LEER A JOHN KEATS



John Keats fue un poeta romántico inglés. Nació el 31 de octubre de 1795 en la ciudad de Londres, y murió muy joven en Roma el 23 de febrero de 1821.










UNA BREVE INVITACIÓN A LEER A JOHN KEATS



Trascurridos unos doscientos años del nacimiento del extraordinario poeta que fue John Keats, resulta chocante que casi nada ni nadie, al menos en España, reconozca su efímera existencia llena de talento sabiendo como se sabe que es uno de los más grandes e interesantes poetas que nos ha dado la historia de la literatura. Quizás sea culpa de la falta de una traducción exigente y brillante, que nos acerque íntimamente a su alma de escritor y nos involucre en ella influyéndonos para bien a todos los que amamos substancialmente la poesía. Esta falta de buenas traducciones, es un déficit que tenemos con los escritores de habla no hispana como la inglesa, y también con los de otras lenguas en general. Faltan buenos traductores. Quizás porque es una labor compleja y difícil, ya que cuesta –al menos en mi caso como lector- llegar al detalle íntimo de un poema cuando está escrito en lengua foránea y saber dar constancia fidedigna de lo hallado. En el caso de Keats, alcanzar a sentir esa entidad lírica tan específica, poder centrar la mirada y el aliento en el romanticismo brillante y esplendoroso que supo dejar, lograr leer apasionadamente su versátil y original manera de presentar la poesía y sentirla con intensidad, se hace necesario.

La obra de Keats se sitúa más allá del romanticismo. Este movimiento no se ajustaba del todo a su gran altura de poeta. Keats logró ser, dentro de su generación, un creador singular que fue más allá del movimiento asignado y sus confluencias, ya que por muchos motivos se le considera más realista que romántico por algunos de sus estudiosos, al poseer, al recrearse y cargarse de imaginación y melancolía -a veces de manera exuberante y desmedida- con objetos y paisajes de la realidad, logrando así obtener una concepción intelectual del hecho poético muy especial. Estos aspectos centraron sus energías literarias, haciéndole entrar en fuertes contradicciones al intentar ensamblar, en su joven alma, estados de ánimos contrapuestos: le apasionaba experimentar con las palabras y giros poéticos, queriendo con ello aunar sensaciones y pensamientos en una especie de éxtasis lírico, experiencia cultural que le llevaría a hacer de su poesía el centro radial de su obra literaria.

Dejo aquí un soneto titulado “El poeta”, en la traducción del profesor y escritor Alejandro Valero, año 1995, que deja entrever bastante bien lo expuesto modestamente en líneas anteriores.


Durante  la mañana, la tarde o por la noche
el poeta penetra en el aire encantado
llevando un talismán que llame a los espíritus
de plantas, cuevas, rocas y fuentes. A su vista
la vaina de las cosas se abren hasta su seno,
y todas las esencias secretas que hay allí
muestran los elementos de bondad y belleza,
haciéndola ver donde la Razón está a oscuras.
A veces, con las alas asombrosas, su espíritu
vuela sobre las cosas compactas y palpables
de esta esfera diurna, y con sus destinados
cielos realiza uniones prematuras y místicas,
hasta que esos contactos sobrehumanos  emiten
         una aureola visible en su inmortal cabeza. 

             


Barcelona, septiembre de 2019
©Teo Revilla Bravo.


3 comentarios:

  1. Un gran olvidado y para mí, un poeta del todo desconocido, habrá que acercarse a su poesía detenidamente. De momento sólo doy un pequeño vistazo y me encuentro con un fragmento hermoso:

    A lo lejos perderme, disiparme, olvidar
    Lo que entre ramas no supiste nunca:
    La fatiga, la fiebre y el enojo de donde,
    Uno a otro, los hombres en su gemir se escuchan,
    Donde sacude el temblor postreras canas tristes;
    Donde la juventud, flaca y pálida, muere;
    Donde, sólo al pensar, nos llenan la tristeza
    Y esas desesperanzas con párpados de plomo;
    Donde sus ojos claros no guardan la hermosura
    Sin que, ya al otro día, los nuble un amor nuevo.

    ¡Perderme lejos, lejos! Pues volaré contigo,
    No en el carro de Baco y con sus leopardos,
    Sino en las invisibles alas de la Poesía,
    Aunque la mente obtusa vacile y se detenga.

    Sin duda es una buena recomendación. Besitos

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    1. Ya ves que merecía la pena dar con él y sacarlo del olvido, leerle un poema y dejarlo aquí para que podamos gozarlo.
      Gracias, Karyn

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  2. Excelente análísis de la obra de Keats. Es cierto que la traduccion dificulta llegar a la comprensión plena de su poesía. De lo que se trata es de una exploración espiritual de su existencia. El riuseñor ha sido quizás su poema más difundido debido a la respiración y el pulso que nunca podremos abarcar.

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