"La lectora" 1876. Obra de Pierre Auguste Renoir
LA LECTURA Y SUS BENEFICIOS
La lectura es un proceso complejo.
Lo es desde que se comienza, siendo niños, a pronunciar y leer las primeras
letras. En la lectura entran en juego una serie de habilidades
cognitivas que determinarán el poder de atención y captación de lo que se lee,
a la vez que enriquece y desarrolla el perfeccionamiento del lenguaje
haciéndolo más fluido, así como mejora la expresión oral y escrita aumentando el vocabulario y el nivel de la ortografía. Su práctica incrementa el
deseo de más lecturas, a medida que va siendo constante en la educación escolar y en la
vida misma, acabando por ser una experiencia única,
necesaria, irrepetible. Esta persistencia fiel en la lectura, provoca felizmente un cúmulo de
bienes, pues instruye, educa, crea hábitos
de concentración y constancia, suministra información, nos hace reflexionar,
analizar, esforzarnos, provoca gozo, distracción, y entretiene. También sirve para optimizar
las relaciones y el entendimiento con los otros, pues facilita la exposición
del propio pensamiento así como la capacidad de relacionarnos con los otros, enriqueciendo y
propiciando contactos en una una labor que amplía la visión del mundo.
Al poner en acción las funciones
mentales a través de la lectura, se agiliza la comprensión, convirtiéndose ésta
en una herramienta esencial para el buen rendimiento escolar en los jóvenes, así como para cualquier
trabajo intelectual y científico. La lectura amplía horizontes, permitiendo ponernos en contacto con lugares, gentes, costumbres, despertando
en nosotros la capacidad de juicio, de imaginación, de análisis, de espíritu
crítico, de observación. Leer genera aficiones e intereses, desarrollando
la creatividad en todos los sentidos. El mismo acto de leer es
creación-recreación permanente, pues potencia la formación estética y educa la
sensibilidad, favoreciendo el desarrollo de virtudes morales así como el conocimiento de uno mismo y de los otros si sabemos seleccionar adecuadamente
los libros. Leer deja profunda huella. Favorece la mejora del carácter, de la afectividad,
de los buenos sentimientos; nos enriquece, nos transforma, nos hace gozar y
sufrir, ofrece alas y vida sin límites, a través de ella se vuela cual pájaros libres y aventureros.
Barcelona, diciembre de 2017.
©Teo Revilla Bravo.
Y un gran placer leerte a ti por tu gran sensibilidad.
ResponderEliminarGracias, María Méndez. Justamente ahora acaba de releer y corregir algo el escrito, que me encuentro con tu cálido y amable mensaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Completamente de acuerdo...
ResponderEliminarUna buena reflexión.
Magnifico cuadro el elegido.
Saludos...
Reme.
Gracias, Reme, me alegra mucho que hayan sido ambos de tu agrado, aunque prioricemos el cuadro, que sí que es una verdadero joya de arte. Cuánto nos enseñaron esos pintores a mirar el arte.
EliminarUn abrazo
La lectura es una tarea necesaria, en especial desde pequeños, creando hábito y escogiendo correctamente las obras, aumentan el vocabulario, la forma de comunicarse, también se amplía la imaginación así como el conocimiento. En realidad no tiene nada de negativo, al contrario, la lectura está llena de virtudes como bien explicas en tu escrito. Besos
ResponderEliminarLa lectura está llena de virtudes, dices bien, Karyn Huberman y sería un buen escueto resumen.
EliminarUn abrazo.