"Lluvia, vapor y velocidad", obra de William Turner
CORREN TIEMPOS…
Corren tiempos de pensamientos cortos, de escritos breves,
de relaciones y amores fugaces. También de poemas descamisados que no respetan
el significado real de lo poético, ni a los que a lo largo de los tiempos lo
han hecho grande y necesario como elemento de expresión. Todo cambia con mucha rapidez, sí, sin coger
prácticamente conciencia de ello. A la poesía también le sucede y es cada vez
más frecuente verla camuflada como prosa poética, modalidad que permite una
mejor adaptación a lectores no habituados a ella en su habitual formato, ayudando
se supone a su mejor comprensión.
Con la poesía
compartimos pensamientos propios y también generales, pues es una forma de plasmar
emociones en cuanto al devenir de la vida. Lo que importa o incomoda, lo que
penamos o gozamos, el amor o el desamor, se posibilita al hacer cómplices a
quienes nos leen. Corren malos momentos
para la lírica, ya lo decía la canción. Los objetivos salen abreviados, cortos,
limitados por las ansias y por las prisas de ir por más sin control debido, lo
que hace difícil llegar a lectores cómplices que sientan de verdad lo que se
pretende decir a través de los versos.
El hombre
sensible, como el preso en su celda, clama por la comunicación. Las redes
sociales bien llevadas y administradas, son un inmenso dispositivo para
acercarnos unos a otros, un escaparate que permite mostrar, bueno, regular o
directamente malo, todo lo posible. También lo es para el arte en general. La
tarea de la poesía en ese sentido, es simbolizar ese deseo de comunicación, de
darnos a conocer y poder captar el interés que por ella otros tienen, ojalá que no
con idea de satisfacer el ego sino con la de significarnos con el lector y
compartir lo de unos con los de otros en franca abertura, llegando a la emoción
con la necesaria serenidad.
La vida es como
es, llega como llega, y hemos de adaptarnos.
Barcelona marzo del 2025
© Teo Revilla Bravo
No hay comentarios:
Publicar un comentario