"El pensador", obra escultórico de Auguste Rodin
VIENTO SÚBITO
El viento súbito. Las nervaduras
inquietas de lo interno. El advenimiento
del frío enero. La gula insaciable
del momento. El pájaro volando rápido
mientras poco a poco por el forado
de la entreabierta ventana más allá
de la absorta mirada se encoge el cuerpo.
En el embrión de un caracol sobre noches
cuajadas de estrellas gravitando,
astral candor, invitada por la masa enérgica
del universo, el alma se desplaza afrontando
lo profundo de su existencia flotando,
adormilada hebra, desvaída sin arcanos ni secretos,
entre arrullos y sones errantes propiciados por
el deshabitado advenimiento del esquivo
—¡oh, inútil latido!— punto neutro de la nada.
BROTAN LAS PALABRAS
© Teo Revilla Bravo
Magnífico admirable poema. Cada verso invita a una profunda introspección. Para escribir así sólo hay que saber qué es lo que se quiere comunicar. Es tu caso, Poeta!!
ResponderEliminarAbrazo admirado hasta vos.