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La obra: Pinturas SUMI-E de Miguel Elías para un libro sin murallas |
LOCURAS
Locuras abismales. Olas desprendidas
del carro de la imaginación
que se vencen, que se caen por tierra salpicando de
polvo
e incongruencias la oleada de
pájaros que raudos levantan
vuelo y desaparecen veloces dejando
solitario el poblado
de la desazón y la desdicha.
Locuras. Cautividades. Lunas
anchas imposibles de poblar.
Pavor, gesto agrio, estallidos de dolor e incertidumbre
más
allá de las horas, corazones asediados por el llanto,
la miseria y el hambre. Risas que se asoman de repente,
tras vidrios rotos, animadas por el sonido peculiar
de un
relámpago de ilusión que incide ─deslumbrante,
misterioso─ en el centro mismo de las entrañas.
Locuras. Entidades no fiables del
alma que mira con sus ojos
bien abiertos ─el
futuro será diferente─ en imposible
mapa el norte prometedor de vida y bienes.
Cruel disyuntiva quedarse o marchar. Anhelo, viento,
sol,
mares. Imposibles manantiales, vagabundaje en horas
temibles; desprendimientos
o etapas fugaces y definitivas
que a la larga, embellecidas entre
los negros velos del amor
y de la esperanza, gimen
incesantes e impotentes sobre
el rostro oculto ─polvareda
tediosa─ del imprevisible destierro.
Locuras. Dilemas sin salida. Caballo
hermoso desbocado
y sediento trotando malherido en lucha terrible contra
los
elementos, mientras va mordiendo el polvo turbio
de la extensa llanura, -desértica, quimérica- hacia el puerto
marítimo que grita -frágil cayuco en la arena- libertad.
DESDE EL FONDO
Cuaderno V. del 4 de octubre de 1978 al 27 de julio de 1980
©Teo Revilla Bravo.
Cuaderno V. del 4 de octubre de 1978 al 27 de julio de 1980
©Teo Revilla Bravo.
El texto hermoso de Locuras, parece eso una locura de la vida que convive con la naturaleza sus iras y sus vulnerabilidades,en un espacio corto donde las palabras se atropellan con una belleza punzante, que señala la realidad de una parte del mundo que no es diferente a otra parte donde también se "cuecen habas". Lo bello es la velocidad a donde lo lleva a uno esta locura que no es otra que la eterna realidad del comportamiento humano. Saludos desde Cartagena de Indias. Gustavo
ResponderEliminarRecordarte, es sentir que la amistad no muere, que los seres permanecen fijos en la historia sentimental de las personas. Gracias, Gustavo.
EliminarTremendo texto, me ha conmocionado profundamente porque he sentido su mensaje fuera de contexto y mucho más cercano que lo que padecen aquellos que huyen de la muerte en vida. Gracias por emocionarme, Teo.
ResponderEliminarLa pintura me parece excelente y me ha recordado a Barceló.
ResponderEliminarCierto. Fue lo primero que se me vino a la mente al verla: Barceló.
EliminarGracias por emocionarte con estas cosas mías. Un abrazo especial, Francisco.
El poema nos recuerda que aún hay quienes buscan incesantes un lugar en este mundo para vivir en paz, para trabajar o darle a sus hijos una posibilidad de crecer y desarrollarse...todos deseamos eso, lo que ellos parece que no saben o no creen, es que el hombre se ha olvidado de su pasado y ya no sabe abrir los brazos, cortar alambradas, derribar muros. El Dorado no existe y es una pena. Besitos
ResponderEliminarKaryn, así es. La insolidaridad abunda por desgracia. Nos olvidamos fácilmente que hay necesidades que no tienen patria definida, como es la del hambre, la de los derechos humanos, etc., y que la tierra es el planeta de todos por muy parcelado y dividido en fronteras y banderitas que lo tengamos.
EliminarUn abrazo.