PRESENTE Y PASADO
Miro en mi interior y puedo ver las cosas que dejé, las que quedaron
guardadas como recuerdos (no como añoranzas), sentimientos en presente que van
conmigo arropándome doquiera que voy. Me pertenecen, les pertenezco. No deseo
regresar a ningún pasado radiante y espléndido en busca de paraísos perdidos; no es eso; sí,
quizás, saber algo de quién fui, soy, y posiblemente siga siendo. Pues si regreso de algún modo al pasado es
porque busco en él algo que favorezca el futuro posible y ayude a entenderlo,
no para añorar momentos concretos sentidos como maravillosos. Asumo lo vivido,
sigue conmigo, pero no escudriño en mi interior para reavivar nada de ello sino
para enlazarlo con el presente en
fructífera continuidad.
Pasado y presente me ayudan y obligan a seguir; están en mí; representan
lo que soy y seguiré siendo en la cabeza, en el corazón, en la vibración del
aire que respire hasta el desarropamiento y el total vacío.